Análisis
Socioeconómico
11/03/2015El consumo sufre el deterioro del mercado laboral
El año pasado terminó con más de 2 millones de personas con problemas de empleo. Entre las causas, destacaron las trabas a las importaciones, la pérdida de competitividad y el deterioro de las expectativas tras la entrada en default. Este año no luce tan desfavorable, principalmente porque, a pesar del atraso cambiario, las expectativas jugarán a favor, especialmente por la llegada del cambio de ciclo y, con él, de la recuperación del nivel de actividad.
El gobierno ha puesto desde sus inicios al empleo como variable prioritaria en sus decisiones de política económica, convirtiendo al mercado laboral en el pilar de un modelo de sostenimiento de la demanda interna a través del consumo.
Sin embargo, en 2014, darle prioridad no alcanzó. De hecho, el año finalizó con 2,26 millones de personas con problemas de empleo, 266.000 más que a fines de 2013. Las restricciones sobre las importaciones generaron importantes problemas en la producción, a lo que se sumó la pérdida de competitividad por el alza de los costos, y también el deterioro de las expectativas tras el default. Todo esto forzó al sector privado a llevar a ajustar sus planes de producción, afectando el empleo.
El mercado Laboral, en cifras
De todos modos, hay que tener en cuenta que la caída de la ocupación podría haber resultado mayor. Dos factores evitaron un deterioro más importante. Por un lado, que hubo un importante ajuste por el lado de los precios, con una caída de los salarios reales de alrededor de cinco puntos porcentuales, el primer retroceso en 10 años. Y por otro lado, que el sector público continuó creando empleos, incorporando casi 200 mil puestos de trabajo el año pasado.
Pero este año, es posible que el mercado laboral muestre una evolución no tan desfavorable como la de 2014. Sin dudas, un factor que seguirá jugando en contra es la pérdida de competitividad. El gobierno agravará el atraso del tipo de cambio para contener la inflación, lo que impactará sobre el empleo de las economías regionales y de los sectores transables. Pero también hay que tener en cuenta que el ajuste de expectativas de las empresas se produjo en gran medida en 2014, y que el cambio de ciclo resulta cada vez más cercano y se asocia a una recuperación de la actividad, lo que podría mantener más estable el empleo privado. A esto se suma que el gobierno podría también mostrarse algo más laxo en su objetivo de sostener las reservas a partir del segundo trimestre, autorizando más importaciones, lo que inyectaría oxígeno a la producción, especialmente en la actividad industrial.
A su vez, otros factores podrían dar un alivio al consumo, además de la estabilidad del mercado laboral. En primer lugar, a medida que se acerquen las primarias, y con ello, se intensifique la campaña electoral, el oficialismo acelerará la utilización de todos los instrumentos disponibles para reimpulsar el gasto de los hogares, intentando generar un ambiente de bonanza y clima positivo. En particular, es esperable que se recurra a nuevos anuncios de incremento del gasto social, se aceleren las erogaciones para obra pública, y hasta podría aparecer alguna exención adicional al impuesto a las ganancias.
Además, a partir de abril y con más fuerza a mediados de año, comenzarán a entrar en vigencia gran parte de los incrementos salariales sellados en las paritarias, lo que daría un impulso al consumo doméstico. Teniendo en cuenta que los incrementos de ingresos lograrían superar (al menos levemente) la suba de los precios promedio, sumado a los planes oficiales de financiamiento sin interés, los hogares podrían lograr alguna holgura en materia de gasto.
Salario nominal y real. Variación interanual
De todos modos, el consumo, aunque podría cerrar el año algo mejor que 2014, no llegará a recuperar la situación previa a la recesión. Mientras, el mercado laboral podría evitar que haya destrucción nuevamente, pero para que el sector privado vuelva a crear puestos de trabajo, habrá que esperar el cambio de ciclo.