Análisis
Precios
04/09/2014El impulso a la demanda sin disponibilidad de dólares genera más inflación

Coordinadora de Análisis Económico
La fuerte expansión monetaria y la restricción de divisas son las principales causas para el alza de los precios en el contexto actual. Así lo explica la coordinadora de Análisis Macroeconómico, Soledad Pérez Duhalde, quien responde a dos preguntas sobre el tema la inflación.
Está cayendo la actividad económica y el consumo, y aun así la inflación no baja. ¿Cuál es la causa de que sigan aumentando los precios?
En los últimos meses vimos cierta desaceleración de la inflación aunque, a pesar de que el tipo de cambio oficial se ha mantenido relativamente estable y de que el nivel de actividad ya muestra una caída, los precios siguen avanzando a un ritmo cercano al 2% cada mes. Esto tiene lugar aun en un contexto en el que le BCRA intenta mantener el ritmo de crecimiento de los agregados monetarios relativamente acotado a través de la esterilización que supone la colocación semanal de letras y notas.
Entonces, las causas de la inflación podemos encontrarlas en el sesgo expansivo que insiste en adoptar la política económica. Frente a la caída de la actividad, el gobierno busca compensar con un aumento del gasto. Sin embargo, el contexto de restricción externa, reforzado por el default en el que ha caído el país, impone una limitante. El gobierno busca apuntalar la demanda doméstica, pero al mismo se ve obligado a proteger los escasos dólares que hay en la economía con una política comercial restrictiva, esto es, limitando las importaciones. Entonces, el crecimiento de esta demanda se ve truncado por una oferta doméstica que no crece por falta de inversión y una oferta externa limitada por el freno a las importaciones. En suma, la oferta global es rígida. Consecuentemente, al no poder producirse una corrección vía cantidades, la misma termina teniendo lugar vía precios. El exceso de demanda no satisfecha, impulsada por las políticas del gobierno, se traduce, no en mayor actividad económica, sino en mayores precios. Con su política expansiva, el gobierno fogonea la inflación.
La apertura de la brecha cambiaria no ayuda ya que apuntala las expectativas de devaluación del dólar oficial generando inestabilidad sobre la demanda real de dinero y empujando los precios al alza. En última instancia, se gesta un circulo vicioso en el que la misma apertura termina generando incentivos en el mercado cambiario que redunda en una mayor brecha y aportan más combustible a la inflación.
Un caso testigo es el del sector automotriz. El gobierno viene de lanzar una línea de créditos subsidiados para la compra de vehículos, golpeada por la suba de costos tras la devaluación y los nuevos tributos, pero parece no entender que los autos tienen un alto componente importado, por lo que para incrementar la demanda, indefectiblemente deberá tolerar un deterioro en el resultado comercial.
¿Si esto sigue qué se puede esperar entonces para lo que resta del año?
La elevada inflación en conjunción con un tipo de cambio oficial que se ha mantenido relativamente estable a lo largo del año, acumula presiones en el frente cambiario elevando las expectativas de devaluación y fomentando la consolidación de este círculo vicioso.
En tanto no se alivie el frente el externo y el gobierno siga insistiendo en política fiscal expansiva y mantenga las importaciones pisadas, es difícil esperar que la situación se revierta. En tanto que la inflación seguirá teniendo combustible para mantenerse en los niveles actuales, o hasta inclusive acelerarse aun más si el gobierno se ve obligado a devaluar el tipo de cambio oficial.