Análisis

Energia Eléctrica

11/06/2014

La Secretaría de Energía reconoce mayores costos a las Generadoras eléctricas, pero la medida está lejos de aliviar problemas

Mariano Lamothe Economista. Gerente de Análisis Económico

Aunque la Secretaría de Energía actualizó los costos reconocidos a las generadoras, la medida constituye un reconocimiento parcial de la inercia creciente en los costos de generación y sigue sin establecerse un mecanismo de actualización periódica que brinde previsibilidad al flujo de ingresos en la etapa de generación. Esto constituye el principal escollo para atraer inversiones en mayor potencia instalada en generación.

Por medio de la Resolución 529/2014, publicada el 20 de mayo pasado, la Secretaría de Energía actualizó los costos reconocidos a las generadoras que se encuentran alcanzadas por el régimen de la Res. 95/2013, publicada en marzo de 2013. La nueva resolución es una noticia positiva para las generadoras, que venían soportando el incremento de sus costos operativos, aunque no resultará suficiente para aliviar su situación financiera. 


En concreto, la nueva disposición modificó los valores reconocidos para costos fijos, variables no combustibles y remuneración adicional, y además incorpora una remuneración por mantenimientos no recurrentes, ítem ausente en la resolución del año pasado. No obstante, cabe aclarar que el pago relacionado con este último será efectuado por CAMMESA a través de la emisión de Liquidaciones de ventas con Fecha a Definir por cuenta y orden del Fondo Unificado. En otras palabras, no implicará un desembolso inmediato de dinero a favor de las generadoras. En promedio, al parque térmico se le asignó una suba del 35,6% en sus costos fijos y del 41,1% en sus costos variables, independientemente de la utilización de gas natural o combustibles fósiles, mientras que para la remuneración adicional el incremento otorgado fue de 25%.

Sin embargo, se debe analizar que los nuevos valores se calcularon sobre balances de períodos anteriores, y no contemplan el impacto de la devaluación de enero de 2014 y la aceleración inflacionaria posterior (hay que tener en cuenta que la inflación promedio para este año se proyecta en el orden del 35%), lo que implicará una significativa erosión del impacto positivo de las nuevas remuneraciones. Pero el aspecto más relevante es el hecho de que la medida implica un aumento de una sóla vez y no establece un mecanismo de actualización futura, por lo que sigue habiendo incertidumbre en los flujos de ingresos.

Por lo tanto, queda claro que la presente medida está lejos de atacar los principales cuellos de botella que afectan al sector. El segmento de generación aún no tiene previsibilidad sobre la actualización de los montos de remuneración, ni certezas sobre la capacidad de pago de CAMMESA, dado su creciente déficit y el congelamiento tarifario para los consumidores. En este contexto, se mantiene la falta de incentivos a la ampliación de la potencia instalada, que se encuentra en una situación límite.