Análisis

Luego de cinco años de estancamiento, Argentina crecería 4% en 2017

La mejora será impulsada por cinco sectores clave: infraestructura, ganadería, químicos, laboratorios y molienda.

Argentina liderará el crecimiento en la región con un crecimiento del 4 por ciento en 2017, muy por encima de la performance de los otros países de Latinoamérica que promediarán una recuperación del 1,6 por ciento.

Si bien todavía no concluyó el primer trimestre, los referentes de la actividad ya comenzaron a plantear el escenario del año próximo para definir sus pasos en materia de inversiones, oportunidades, desafíos y detectar rubros de interés.

Lo que está claro es que luego de cinco años de estancamiento, 2016 se despedirá con un ajustado equilibrio (-0,3%) y será recién en 2017 cuando la actividad económica registre una mejora tomando en cuenta la base de una reacción moderada del consumo privado (de la mano de una mejora del salario real y de una leve recuperación del empleo privado) y un repunte de la inversión.

En palabras de Dante Sica (Director de ABECEB): “muchas de las mejoras en la organización económica (mayor apertura, revitalización de la iniciativa privada, etc.), así como la inversión en infraestructura deberán generar un impacto positivo sobre la productividad, lo que también ayudará a apuntalar el crecimiento. Podemos decir que 2017 será un buen año para la Argentina, en el que la economía podría mostrar tasas de expansión en torno al 4% anual, con chances de repetir ese guarismo en 2018”.

Sica precisó que “de todos modos, se trata de tasas de expansión más moderadas que las verificadas en otras recuperaciones cíclicas de nuestra historia cuando el PBI solía rebotar a tasas superiores al 6% anual. Este comportamiento tiene que ver básicamente, por un lado, con un mundo que se presenta a mediano plazo más desafiante para los emergentes y, por otro, con el hecho de que el gobierno local en pleno proceso de corrección de los desbalances macro, no podrá apelar ni a la política fiscal ni a la monetaria como instrumentos orientados a lograr un mayor rebote del nivel de actividad”.

“En ese contexto, veo una economía impulsada fundamentalmente por la inversión, en un contexto de clima favorable para la iniciativa privada”.


Los sectores protagonistas de la recuperación

El agro será uno de los sectores que más motorizará la actividad económica en 2017 a partir de la mejora de la rentabilidad ganada con el ajuste cambiario y la eliminación de las retenciones a la exportación. La mejora de la rentabilidad, que llegó tarde para impulsar la cosecha en 2016 (de hecho la misma caería 6,1% este año), sin dudas estimulará la producción en la próxima campaña, lo cual derramará en un mayor incremento de la demanda de maquinaria agrícola, agroquímicos e impactará en transporte, logística, el comercio y la actividad en numerosos pueblos del interior.

Otros sectores que se espera tengan buen desempeño el año próximo son los vinculados al mercado interno (comercio, electrodomésticos, entre otros) traccionados por la mejora del ingreso disponible de las familias y de la reducción esperada del costo de financiamiento. En particular, la industria farmacéutica mostraría un interesante dinamismo al compás de la recuperación de la demanda doméstica y de la mejora del salario real y el empleo.

De la mano de la inversión en infraestructura se espera también un repunte de la construcción, tanto en obras públicas (viales, por ejemplo) como privadas, donde se espera un impulso en el área de distribución eléctrica. También podría mostrar un interesante dinamismo el mercado inmobiliario después de años de parate tras la imposición del cepo.

Hoy las mayores incógnitas pasan por el sector de petróleo y gas, donde las perspectivas de bajos precios internacionales no exhiben por el momento un escenario que permita esperar un fuerte rebote inversor.

Un párrafo especial merece la coyuntura de Brasil, que se estima seguirá estancado en 2017, inhibiendo un repunte en las perspectivas de las manufacturas de origen industrial con fuerte presencia exportadora en ese mercado (por ejemplo, la industria automotriz). En el caso de la industria automotriz, el aumento esperado de la demanda interna ayudará a compensar la retracción de la demanda carioca, lo mismo que la posibilidad de reorientar algunas exportaciones a otros mercados.