Análisis

Sector por sector: Cómo terminará el primer año de la nueva gestión

La economía real deberá transitar un 2016 desafiante, en medio de un contexto internacional complejo y una transición de ciclo económico y político en el plano local. La redefinición del tipo de cambio y las modificaciones en la política comercial, tributaria y de subsidios configuran un cambio en el esquema de precios relativos y en las condiciones de inversión que, evidentemente, tendrá ganadores y perdedores en los sectores productivos.

Los principales sectores de la economía despedirán 2016 con resultados significativamente dispares: las caídas serán protagonizadas por la venta de electrodomésticos con el 5,3; la producción automotriz, con el 3,9; la de petróleo y gas, el 1,5; el textil con el 1,2 y la siderurgia con una contracción del 1 por ciento, según un informe de ABECEB dado a conocer hoy.

No obstante, y a pesar de que el resultado será negativo, en varios casos la performance será menos adversa que la de 2015 cuando el automotriz tuvo un descenso del 11,5; la siderurgia retrocedió el 8,4 y el textil, se contrajo el 6,9 por ciento.

En otros casos, se verá una clara recuperación si se compara con un ejercicio anterior que fue negativo: es el caso de las exportaciones mineras que clausuraron 2015 con una baja del 3,9 y que este año crecerían el 4,4 y los agroquímicos que de una merma del 4 por ciento estiman ahora un alza del 5,1.

Por su parte, y como era esperable tras el necesario giro de la política económica, el consumo marcará un magro desempeño este año, marcando con un virtual estancamiento (-0,1%), versus un avance de 0,6% en 2015. Esto tendrá su correlato en los sectores asociados al gasto de los hogares, que sufrirán una desaceleración: la industria de alimentos y bebidas avanzará 0,5% (versus 1,1% el año pasado), la generación de energía eléctrica 0,8% (contra 4,3%), y la construcción crecería 3,2% cuando en 2015 rebotó 7%.

“La economía real deberá transitar un 2016 desafiante, en medio de un contexto internacional complejo y una transición de ciclo económico y político en el plano local”, explicó Mariano Lamothe, gerente de Análisis Económico de ABECEB y agregó que “la redefinición del tipo de cambio y las modificaciones en la política comercial, tributaria y de subsidios configuran un cambio en el esquema de precios relativos y en las condiciones de inversión que, evidentemente, tendrá ganadores y perdedores en los sectores productivos”.

En la actividad industrial, las condiciones de demanda internacional y los menores niveles de consumo interno sentenciarán otro año de estancamiento, pese a cierta mejora de las condiciones de competitividad. El segmento metalmecánico será el más afectado por el retroceso de la demanda local y regional, especialmente en los bienes durables. Por otro lado, las industrias sensibles, orientadas al mercado interno, se enfrentarán al doble desafío de desenvolverse en un contexto consumo menos pujante y de adecuarse a un esquema con mayor rigor competitivo.

El sector agro-alimentario será el gran ganador con la nueva política económica. Si bien los volúmenes de la cosecha y del área sembrada 2015/2016 aún no mostrarán incrementos significativos, las medidas recientes permitirán recomponer los márgenes y liquidar stocks acumulados.

Las industrias procesadoras de alimentos tendrán un impulso por la mayor oferta primaria y la ganancia de competitividad. En el caso de la ganadería, los mejores precios incentivarán a recomponer los stocks perdidos durante la última década.

Si bien este año va a mostrar una desaceleración, la construcción es otra de las actividades que podría verse beneficiada por lo cambios en la política económica, especialmente por la eliminación del cepo cambiario. Por ahora, la obra pública se concentrará en la conclusión de obras ya iniciadas, pero la infraestructura será uno de los pilares de la nueva Administración. El reacomodamiento de las cuentas públicas y el acceso al crédito internacional permitirán dinamizar las obras públicas y privadas en los próximos años.

En contraste, las actividades extractivas y la industria manufacturera enfrentarán un 2016 con perspectivas menos favorables y expuestas a mayores riesgos.

En el caso de la energía y minería, pese a los estímulos desde la política local, el escenario internacional de precios continúa deteriorándose, atentando contra la factibilidad de los proyectos de inversión en cartera en el corto plazo.