Análisis
Carnes
10/07/2015Carne bovina: el mercado externo plantea excelentes oportunidades, pero será necesario cambiar la política sectorial
Si bien el mercado internacional muestra excelentes perspectivas para Argentina, las ventas externas continúan limitadas, y este año representarán apenas 9% de la producción total este año, muy por debajo del promedio histórico de 15%. Así, para que nuestro país vuelva a convertirse en un jugador relevante a nivel mundial, el próximo gobierno deberá brindar señales claras a los productores, para reducir la incertidumbre y alentar una mayor inversión de mediano plazo.
En el primer semestre de 2015, la producción de carne bovina creció 1,8%, marcando una recuperación parcial de la caída observada el año pasado (de 4,8%). La misma se explica principalmente por el aumento en las exportaciones, que en los primeros cinco meses del año acumularon un incremento de 27,2%.
Si bien se espera una desaceleración del crecimiento interanual de las ventas externas (debido a una mayor base de comparación), la tendencia positiva se mantendría en lo que queda del año, con un fuerte incremento de las ventas a China y en menor medida a Rusia.
Destino de la producción argentina de carne bovina. En miles de toneladas
De hecho, el mercado internacional muestra excelentes perspectivas en el mediano plazo. La demanda global se mantiene firme y Argentina se ha visto beneficiada por la posibilidad de participar de la cuota europea 481 para la exportación de carne de feedlot con un arancel de importación de 0% (un cupo de 48 mil toneladas anuales por el que compiten nuestro país, Uruguay, Canadá, Australia, Estados Unidos y Nueva Zelanda). A esto se sumó recientemente la reapertura del mercado de Estados Unidos, tras un bloqueo de 14 años derivado de la aparición de un brote aftosa, lo que según datos oficiales permitirá un incremento de las exportaciones de USD 280 millones.
Dada la gran tradición ganadera del país y las excelentes condiciones naturales, se descuenta que con mejores condiciones Argentina podría volver a transformarse en un jugador relevante en el mercado de carne bovina a nivel mundial. Además, tras la caída de los precios de los granos, la actividad ganadera se ha transformado en una opción relativamente más atractiva, especialmente a partir de la recuperación de los precios del ganado en pie observada en los últimos meses, y que continuaría en el corto plazo.
De todos modos, hay que tener en cuenta que las ventas externas continúan limitadas, y aun con un crecimiento estimado en torno al 10% este año, representarán apenas 9% de la producción total este año, muy por debajo del promedio histórico de 15%. Así, una recuperación de la actividad demandará mayores inversiones, principalmente en lo que respecta al stock ganadero. En 2008, cuando se implementaron las restricciones al comercio exterior de carne, el stock bovino argentino era de 57,6 millones de cabezas. Dos años después, el mismo había descendido un 15,1% hasta los 48,9 millones de cabezas. Actualmente -según la última estimación de SENASA (a marzo de 2015)- el stock es de 51,4 millones, por lo aún es un 10,7% inferior al de siete años atrás.
Así, para aprovechar las oportunidades que ofrece la demanda externa, hará falta lograr un incremento de la hacienda bovina. Hay que tener en cuenta que la importación de los países desarrollados como Estados Unidos o aquellos que pertenecen a la UE se concentra en cortes específicos de alto valor, como es el caso del bife y el lomo, por lo que no todos los cortes son factibles de exportar a estos mercados. Así, para abastecer esta demanda, la más atractiva en términos de rentabilidad, hace falta faenar una mayor proporción de animales. Con el stock actual, sería imposible para Argentina alcanzar el nivel de exportaciones de siete años atrás, incluso si no hubiera restricciones comerciales.
A su vez, la recuperación del stock bovino requerirá un aumento en la retención de ganado, proceso que podría demorar unos dos años. Actualmente se observan algunos indicadores positivos que muestran una mayor inversión en stock ganadero, como la disminución del porcentaje de hembras faenadas (el segundo trimestre de 2015 se ubicó en el 42,5%, cuando en 2014 promedió 45,8%), pero todavía no se advierte un cambio de tendencia claro.
Para que este cambio inicie y Argentina vuelva a convertirse en un jugador relevante a nivel mundial, el próximo gobierno deberá brindar señales claras a los productores, para reducir la incertidumbre y alentar una mayor inversión de mediano plazo. Si los cambios se demoran, también lo hará la recuperación del sector.