Análisis

Fiscal

07/01/2015

Récord de recaudación y mayor presión tributaria en 2014

Soledad Pérez Duhalde Coordinadora de Análisis Económico

Como viene ocurriendo todos los años, la AFIP anunció una recaudación tributaria récord de ARS 1,16 billones en 2014. Con ello, la presión fiscal alcanzó el máximo de los últimos veinte años, al llegar al 30,3% del PBI. El análisis por rubro muestra el impacto de la caída del consumo, las restricciones las importaciones, la devaluación y la no modificación del mínimo no imponible de ganancias.

Como viene ocurriendo todos los años, la AFIP anunció recientemente una recaudación tributaria récord en 2014. En efecto, el fisco recolectó ARS 1,16 billones, superando por primera vez el billón de pesos. Sin embargo, la cifra en términos reales no es motivo de alegría para el ente recaudador, dado que se ubicó durante todos los meses del año en terreno negativo.

De cualquier manera, el aumento de la recaudación significó un nuevo incremento de la presión fiscal, de 1,2 puntos porcentuales respecto del año anterior, alcanzando un récord de 30,3% del producto. Así, si se considera lo sucedido desde 2003 se verifica un aumento de 11 puntos porcentuales en la presión tributaria.

Por su parte, al observar la evolución de los conceptos que traccionaron el alza de la recaudación a lo largo de 2014, se pueden extraer conclusiones acerca del desempeño reciente de la economía argentina.

El impuesto a las ganancias y las retenciones impulsaron y ganaron participación. Mientras que el primero creció un 45,4% anual, los derechos de exportación avanzaron 51,0%. Estos crecimientos tienen por detrás a la vieja y conocida fórmula conformada por “soja + inflación”.

La inflación significa un “beneficio” derivado de un aumento impositivo de hecho sin que medie la aprobación del Congreso de la Nación por no recomponer las escalas y el mínimo de ganancias, lo que hace que cada vez una mayor cantidad de trabajadores esté gravada con alícuotas más elevadas. En este punto, vale notar que casi el 60% de los empleados que tributan pagan la tasa máxima del impuesto (de entre el 31 y el 35%).

Mientras tanto, la devaluación de enero dio una mano a los derechos de exportación, pero otro factor que incidió en esta suba fue el hecho de que gran parte de la liquidación de soja y otros productos exportables se hizo cuando el precio de los commodities todavía estaba alto. Si se observa la evolución mensual, se ve cómo lo recaudado por este impuesto cae al ritmo del retroceso de los precios internacionales.

El resto de los impuestos mostraron una caída relativa en su participación en la recaudación total. El IVA, principal fuente de recursos del Estado, pasó del 29,0% en 2013 al 28,3% el año pasado al crecer sólo un 33,0%. Esto evidencia la caída del consumo, producto del deterioro del poder de compra. Los derechos de importación, por su parte, también se contrajeron en términos reales y en relación con la recaudación, reflejando las crecientes trabas a las importaciones impuestas para “cuidar” las reservas. Por último, la debilidad del mercado laboral explica la caída relativa en la participación de lo recaudado en concepto de seguridad social, que pasó de representar un 26,8% del total recaudado en 2013 al 25,4%.

Así, la recaudación de 2014 reflejó las debilidades macro que caracterizan a la economía argentina actual, y principalmente dio cuenta de la recesión económica que se transitó durante el año pasado, y que aún está en marcha.
Sin embargo, los resultados correspondientes a diciembre pasado despiertan algunos interrogantes. Particularmente el comportamiento del impuesto al cheque y del IVA “DGI” (directamente relacionado con el consumo interno), que avanzaron un 40,8% y 56,0% interanual respectivamente. Si bien uno podría inclinarse a pensar que estos datos estarían adelantando un cambio de tendencia de la actividad, por ahora este no sería el caso.

Es que, si bien habría habido un leve repunte en algunos rubros del consumo en el último mes de 2014, dicho crecimiento se explica, en parte, por la baja base de comparación de diciembre de 2013 (en ese momento el IVA DGI crecía sólo al 17%), por liquidación de stocks y por la merma en la expectativa de pérdida de empleo. La realidad es que el consumo de durables sigue en baja y que el salario real perdió casi 6 puntos el año pasado. En el futuro, entonces, habrá que estar atentos a lo que suceda con las paritarias, la inflación y también con las expectativas, dado que esto tendrá un rol clave en el desempeño de la actividad.