Análisis
Perspectivas sectoriales
17/12/2014Frente al desplome del petróleo: ¿quiénes ganan y quiénes pierden en la economía?

Economista. Gerente de Análisis Económico
La caída del precio internacional del petróleo podría hacer que los precios de los combustibles en el país no aumenten tanto como la inflación, constituyendo una buena noticia para el sector logístico, el agropecuario y las economías regionales. Al mismo tiempo, traerá alivio ya que ayudará a reducir el déficit energético. Por otro lado, debido a la ralentización de la inversión en el sector, los proveedores de la industria petrolera y sus sustitutos sentirán el efecto contrario.
Si el precio del crudo a nivel internacional se estabiliza en torno a los USD 70 por barril en 2015, implica una caída cercana al 25% en la comparación con el promedio anual con el observado en 2014. Si bien todavía hay mucha volatilidad y la cotización del petróleo crudo ha perforado los USD 60, las primeras proyecciones para 2015 prevén un cierto repunte desde los pisos observados en los últimos días.
A nivel local, el precio del crudo que se utiliza mayormente en la etapa de refinación (Medanito) estuvo desacoplado de los valores internacionales en los últimos años, pero si la tendencia se prolonga o profundiza en el mediano plazo, probablemente sienta el impacto a la baja. Ahora bien, aún si el crudo local replicase en cierta medida la baja proyectada en las proyecciones a nivel internacional en 2015, la inercia inflacionaria del resto de las variables que inciden en la determinación del precio de los combustibles, hace poco factible prever una reducción del valor en pesos de las naftas o del gasoil en surtidor.
En primer lugar, y si bien se espera que el tipo de cambio oficial siga actuando en cierta medida como ancla nominal, la devaluación promedio esperada para 2015 en nuestro escenario base ronda el 17% interanual. Con lo cual, y dado que el crudo es un insumo dolarizado, gran parte de la eventual caída en el precio del petróleo será compensado por un aumento en el tipo de cambio.
En segundo lugar, si bien el petróleo es el principal insumo de la etapa de refinación, inciden también la evolución de los costos de comercialización, logística y salarios, que seguramente muestren una dinámica más correlacionada con la inflación esperada para el año próximo, superior al 30% interanual.
En este escenario, lo más factible es que el precio de los combustibles en el surtidor se mantenga en los niveles actuales o aumente en menor medida que el nivel general de precios. Solamente esto ya constituye una buena noticia para aquellos sectores que tienen un importante peso del transporte en su estructura de costos. En este sentido, se destacan el sector logístico propiamente dicho, pero también el sector agropecuario, las economías regionales y los productos de consumo masivo (alimentos, bebidas, productos de cuidado personal, etc) que deben distribuirse por los centros de consumo de todo el país.
En cambio, sí verán una desaceleración los sectores proveedores de la industria petrolera ante la baja del precio del crudo en dólares. Aquellos que tienen inserción internacional, como el caso de los tubos sin costura, es probable que vean reducidos los envíos externos en el corto plazo ante una revisión y ralentización de la inversión petrolera a nivel mundial. A nivel local, si no se frena o revierte la tendencia observada en la cotización del crudo a nivel mundial, puede implicar también una ralentización de la inversión esperada, sobre todo en las áreas de petróleo no convencional que cuentan con un costo de producción más elevado.
Este constituye el principal desafío ante la baja del precio del petróleo a nivel internacional, ya que si bien en el corto plazo puede traer un beneficio por la reducción del déficit energético esperado para 2015, la ralentización de las inversiones en nuevos pozos aleja aún más el horizonte para recuperar la seguridad energética.