Análisis

Ruedas

05/12/2013

El mal momento de la economía brasileña sigue golpeando a las automotrices argentinas

Gonzalo Dalmasso Coordinador de Análisis Sectorial

El mercado automotriz brasileño continúa sin mostrar signos de recuperación, y ello se está sintiendo en los niveles de producción en Argentina. Las exportaciones de vehículos hacia nuestro principal socio comercial –que representa el destino de más de la mitad de los vehículos que se producen en el país- cayeron un 22% en noviembre en relación al mismo mes del año pasado.

Las últimas cifras de ventas de automóviles en Brasil prácticamente dieron por tierra la expectativa de volver a alcanzar los volúmenes de 2012, y el 2013 cerrará con el primer registro de caída desde 2003. Es que la economía brasileña, envuelta en serios problemas estructurales y muy expuesta a la reversión de los flujos de capitales, no logra despegar.

El dato de actividad económica del tercer trimestre expuso una contracción del 0,5% frente a los tres meses anteriores y el año apenas alcanzaría un 2% de crecimiento, por debajo de las (ya moderadas) expectativas del mercado. El aumento de la tasa de interés para contener las presiones inflacionarias ante un real más débil y para detener la salida de capitales quitó impulso a la economía, que había tenido un segundo trimestre relativamente bueno. Por el lado de la demanda, las ventas minoristas se han venido enfriando y presentaron una caída del 1,8% en el 3º cuarto del año, como consecuencia del estancamiento del salario real y de las mayores dificultades en el acceso al crédito.

En el mercado automotriz, los patentamientos en el mes de noviembre mostraron una nueva contracción del 2,8% interanual y acumulan un -0,8% en lo que va del año. El ritmo de ventas diarias se ha mantenido por debajo de los niveles de 2012 a lo largo de todo el segundo semestre. Este estancamiento del mercado ha llevado a un sobreestoqueo en la red de comercialización brasileña, habiendo actualmente alrededor de 40 días de ventas acumulados en las playas de las terminales y las concesionarias.

Se espera que diciembre muestre alguna aceleración en las ventas debido a la finalización del plazo para ventas de vehículos con reducción de impuestos el próximo 31/12, que seguramente conducirá al adelantamiento de algunas decisiones de compra. No obstante, es evidente que la medida ya ha perdido efectividad, y los precios de los automóviles vienen mostrando incrementos.

Por otro lado, el pago del aguinaldo pondrá más dinero en el bolsillo de los trabajadores brasileños, luego de un año en el que la aceleración de la inflación fue licuando el poder de compra y la intención de los consumidores de adquirir bienes durables. En este sentido, las terminales y concesionarias brasileñas están llevando a cabo estrategias agresivas de promociones y descuentos, con el objetivo de incentivar a los brasileños a comprar su auto nuevo antes de fin de año.

Pero todo esto no alcanzará para revertir la tendencia descendente y las terminales argentinas y brasileñas lo están teniendo en cuenta en sus planes de producción. La actividad en las plantas brasileñas –que ha crecido un 11% en el año- sufrió un freno en octubre y se contrajo un 8% en noviembre, buscando normalizar los inventarios. Las automotrices argentinas, en tanto, redujeron significativamente su cadencia de producción en el último mes, suspendiendo algunas de ellas varias jornadas de trabajo.

Las plantas locales más expuestas a Brasil son, en efecto, las que están realizando mayores ajustes. El caso de Fiat es el más relevante: debió recortar su producción en noviembre a la mitad por el exceso de stock del Palio en Brasil. Pero también se ven reducciones importantes en Renault, PSA y Volkswagen. Las demás se mantienen estables, pero en niveles ciertamente inferiores a los del primer semestre.

Pero si bien Brasil es el que explica la caída de la demanda, el mercado interno tampoco está ayudando a la industria local. Pese a que los patentamientos en la Argentina se sigue expandiendo y el año cerrará en niveles record, impensados apenas un año atrás, este crecimiento viene siendo explicado por importaciones. En el segundo semestre, los patentamientos de vehículos importados crecieron un 33%, mientras que los de origen nacional retrocedieron un 1,5%.

En este panorama, la industria automotriz no llegará a crecer este año más del 6%. Si bien este volumen no es para nada despreciable, quedará lejos de las expectativas de alcanzar un nuevo record que teníamos a mitad de año.

Para el año que viene, se avizora un horizonte de relativa estabilidad. La producción automotriz podría aumentar hasta un 2% si es que Brasil, pese a sus dificultades, logra alcanzar el crecimiento previsto del mercado del 3%. El escenario, tanto en el plano local como desde el lado brasileño, todavía es incierto.