Análisis

Automotriz

26/01/2016

Otro año de desvelo para las autopartistas cordobesas

Dante Sica Director

Columna de opinión publicada en La voz del Interior, el Domingo 24 de enero: El deterioro de la economía de Brasil no se detiene e impacta de lleno sobre la industria automotriz argentina. Así, las exportaciones de productos automotores a ese país descenderán al nivel más bajo en 10 años.

2016 será otro año sin calma para las empresas autopartistas de Córdoba. La reducción de la escala productiva, el desfasaje de costos frente a Brasil, la sobrecapacidad regional y la liberalización del comercio configuran un panorama desafiante para la actividad.

Los volúmenes de la industria automotriz volverán a sufrir caídas este año, y en particular en la provincia, cuyo ciclo se encuentra estrechamente ligado al comportamiento de la economía brasileña. La producción de automotores en las plantas locales podría caer este año en torno al 15%, una paradoja ante el crecimiento previsto del 3,5% en el resto del país. De esta manera, la producción cordobesa acumulará una contracción del 42% desde a 2013. Esta reducción de escala continuará presionando sobre los costos fijos de los proveedores, afectando su capacidad competitiva.


VECINO EN PROBLEMAS

Es que el deterioro de la economía de Brasil no se detiene e impacta de lleno sobre la industria argentina. El interrogante persiste: ¿cuándo se alcanzará el “fondo del pozo”? Las expectativas para la actividad económica en 2016 marcan una profundización de la recesión, con un nuevo retroceso del PBI no menor al 3%. En este escenario, las exportaciones de productos automotores a Brasil descenderán al nivel más bajo en diez años, pese a la devaluación y quita de retenciones para la actividad industrial, dispuestas recientemente por el gobierno que preside Mauricio Macri.

La redefinición del tipo de cambio, si bien ha contribuido a atenuar los desequilibrios, no es suficiente para recuperar la competitividad bilateral, que aún se mantiene en los menores niveles desde los ’90. Con la pérdida del investment grade y los precios de los commodities sin señales de mejoría, el real por encima de 4 ya es un hecho para todo el año.

Así, mientras persista la crisis económica y política en el gobierno de Dilma Rousseff que conducen a un real débil, la disparidad de costos con Brasil será difícil de empatar. Especialmente en el sector autopartista, donde los factores no transables (salarios, logística) tienen un participación mayor en la estructura de costos.

En este contexto, existe un riesgo concreto de desplazamiento de los autopartistas radicados en Argentina en la provisión de la industria regional, que se incrementa conforme avanzan las nuevas asignaciones de modelos. Ello considerando un ciclo para los próximos años en el que habrá capacidad excedente en Brasil y una mayor liberalización del acceso a importaciones en Argentina.

En el segmento de reposición, el Gobierno ha incluido dentro de las licencias no automáticas a las autopartes sensibles identificadas por las empresas. Pero la clave estará en cómo decida gestionarse el Sistema Integrado de Monitoreo de Importaciones (SIMI) frente a la presión competitiva de los fabricantes asiáticos.


OPORTUNIDADES

A futuro, existen buenas oportunidades de desarrollo de negocios para el sector autopartista cordobés. En los últimos diez meses, se han anunciado dos grandes proyectos de inversión en plantas cordobesas por un monto de 1.250 millones de dólares. Estos proyectos incluyen además novedades interesantes: el ingreso de Nissan como nueva terminal a nuestro país , la incursión de Córdoba en el segmento de pick-ups (el principal eje de inserción externa de la industria argentina) y el pasaje a un modelo regionalmente exclusivo y de plataforma global para la fábrica Fiat en Ferreyra, algo que solían reclamar tanto gobiernos previos como autopartistas.

En resumen, hay claras oportunidades de desarrollo, pero los riesgos del contexto actual son elevados y deberán afrontarse activamente. La clave estará entonces en estrechar las estrategias de trabajo conjunto entre los distintos agentes de la cadena de valor y las nuevas autoridades de Gobierno con una mirada de largo plazo. Es menester generar mecanismos de incentivos simples y eficaces desde las políticas públicas que permitan contrarrestar el ciclo recesivo de la actividad y el desacople cambiario regional.