Análisis

Automotriz

06/07/2015

La discriminación de los autos importados, punto negativo de una medida aguardada por la industria

Gonzalo Dalmasso Coordinador de Análisis Sectorial

El incremento del mínimo imponible en un 15% para los autos de alta gama dispuesta el viernes por el gobierno es una medida necesaria para evitar que se agrave la crisis del mercado y la industria nacional, pero la discriminación de los importados parece poco conveniente porque genera incertidumbre, distorsiones entre las marcas y podría afectar las relaciones comerciales con otros países como Brasil.

El Gobierno elevó hasta 225.000 pesos el piso a partir del cual se pagará el denominado impuesto a los autos de alta gama y dispuso distinguir la tasa fijada para la percepción del tributo en los casos de vehículos producidos en el territorio nacional. Con vigencia desde el 1 de julio hasta el 31 de diciembre, la norma deja transitoriamente sin efecto el impuesto para aquellas operaciones cuyo precio de venta, sin considerar impuestos, incluidos los opcionales, sea igual o inferior a ARS 225.000.

Nuevas alícuotas para el impuesto a los autos de alta gama


El aumento quitará presión sobre unas 68 versiones (22 nacionales y 46 importadas) de gama media que se hallaban en riesgo de caer en el impuesto si no se actualizaban los mínimos. Asimismo, permitirá que algunas versiones full de gama media, que hasta junio se hallaban gravadas, puedan quedar fuera del alcance del impuesto y revitalizar sus ventas en el mercado interno.

La definición de los parámetros del impuesto posibilitará además la salida de algunos modelos nuevos al mercado, que esperaban esta resolución para determinar sus precios de venta al público.

De todos modos, la medida es muy reciente, por lo que las empresas están todavía analizando, según sus costos y estrategias de mercado, qué versiones podrán salir del impuesto y cuáles seguirán gravadas. A nivel general en el mercado, 461 versiones de las 827 en oferta estaban alcanzadas hasta el mes de junio.

Además, la discriminación de los importados parece poco conveniente en términos de costos y beneficios potenciales. Es que, esta parte de la medida no conllevaría grandes beneficios para la industria nacional, al tiempo que podría generar: problemas legales a partir de la inclusión de la discriminación por orígenes dentro de la Ley de Impuestos Internos, e incertidumbre en el mercado; distorsiones entre las distintas marcas que tienen presencia productiva en el país y; un antecedente que podría afectar las relaciones comerciales de Argentina con otros países, en especial con Brasil.