Análisis
Automotriz
20/05/2015Un nuevo año de caída para la industria automotriz
La actividad automotriz está atravesando un nuevo año en terreno negativo. Las automotrices enfrentan grandes dificultades por la menor demanda de Brasil, mientras que si bien las ventas al mercado interno podrían mostrar un repunte a partir del segundo trimestre, esto no podrá generar un alivio significativo, ya que la demanda chocará con el cuello de botella que generan las restricciones para acceder a las divisas que enfrentan las terminales locales.
El mercado automotor tuvo un mal arranque de año, afectado por las limitaciones en el acceso de las terminales automotrices al mercado de cambios. En los primeros cuatro meses del año, los patentamientos acumularon un retroceso de 22,8% interanual, acentuado por la alta base de comparación de enero de 2014. Las limitaciones en el acceso de las terminales automotrices al mercado de cambios para el pago de importaciones y de deuda comercial arrastrada de 2014 condujeron a una escasez de oferta en los salones de venta que limitó la dinámica comercial e impactó sobre los precios de mercado, que se encarecieron por encima de las tasas de inflación y de devaluación de la moneda.
A futuro las perspectivas para la demanda doméstica se perciben algo más favorables, de manera que los patentamientos alcanzarían las 610 mil unidades en 2015, marcando una baja de 11,1% anual. El aumento de 60% en los cupos de divisas asignados a las automotrices desde el mes de marzo ya tuvo su impacto sobre las ventas, que desaceleraron su tasa de caída en abril pasado (hasta un 3,0% interanual), mientras que los precios de los vehículos lograron estabilizarse. A su vez, si bien la actividad continúa débil, la estabilización del tipo de cambio, la reducción de la brecha con el blue, la desaceleración de la inflación y la estabilización del mercado laboral han motivado una recuperación de la confianza de los consumidores, que ya se ubica cercana a los niveles previos a la devaluación de principios del año pasado.
La mejora de los indicadores de demanda interna contrasta con el derrumbe de Brasil, que está afectando significativamente a las exportaciones automotrices. En los primeros cuatro meses del año, las ventas externas sufrieron una caída de 23,6% interanual, explicada principalmente por la baja de las colocaciones al país vecino, de 32,3%. Esta tendencia negativa se sostendría en lo que queda del año, resultando en un retroceso de 13,3% de las exportaciones en 2015, hasta las 310 mil unidades. Hay que tener en cuenta además que, en el esquema actual de administración de las divisas, la caída de los ingresos por exportaciones implica directamente una menor disponibilidad de divisas para importar. En consecuencia, seguirá muy activa la restricción de divisas a lo largo del año, pese al aumento de los cupos acordado, limitando el desempeño de las ventas domésticas.
En este marco, la producción automotriz cerraría con una baja de 6,9% en 2015, ubicándose en torno a las 575 mil unidades. En el primer cuatrimestre, la producción sufrió un retroceso de 17,6%, explicada por la fuerte caída de la demanda de Brasil. De hecho, la menor demanda del país explicará un 85% de la caída de las ventas de este año.
Para 2016, las expectativas para la actividad apuntan a una moderada recuperación, a partir del inicio de producción de algunos nuevos modelos. Para el año próximo se prevé un leve repunte de la producción hacia un volumen cercano a las 660 mil unidades, de la mano del inicio de producción de la Nueva Hilux, el “Fénix” de GM en el segundo semestre, el rump-up de la Honda HR-V y la MB Vito, y la ampliación de la MB Sprinter. De todos modos, si bien serían algo mejores que las de 2015, las condiciones de mercado continuarán siendo adversas. Ello considerando que la economía brasileña tenderá a recuperarse de manera muy gradual, mientras que en Argentina la próxima administración deberá llevar a cabo las correcciones macroeconómicas pendientes.